Granja Amojileca

Todo inició como un sueño

Amparados en su convicción de que se puede vivir el mundo de manera diferente, un grupo de profesores y alumnos de la Facultad de Comunicación y Mercadotecnia (FACOM) de la Universidad Autónoma de Guerrero comienzan a ver el resultado de su sueño: el funcionamiento de la Granja Amojileca, un sitio de Educación Ambiental que busca vincular el estudio y el conocimiento en las aulas con la promoción del cuidado del medio ambiente y la generación de actividades económicas alternativas en la zona de acceso a la Sierra Madre del Sur.

Ubicado en el predio “Lomas del Terrero”, distante apenas veinte minutos de Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, lo que inició como algo que parecía irrealizable es ahora toda una realidad. En su primera etapa —ocho años de que abrió sus puertas al público—, la Granja Amojileca ha sido visitada por más de trescientas mil personas que han disfrutado de la interacción con ejemplares de venado cola blanca (Odocoileus virginianus acapulcencis), especie americana que está en peligro de extinción debido a la acción depredadora del hombre que practica su caza en forma indiscriminada.

¡Otra forma de ver el mundo!

Alguien dijo que para que un sueño se haga realidad tiene que parecer imposible, y en este caso todo inició así: como un sueño. El paso inicial fue la constitución del grupo cultural La iguana verde, al interior de la Facultad, con un acuerdo que partía de la visión y el compromiso de promover actividades que implicaran una forma diferente de ver la vida, esto es, la idea de que se puede vivir y generar mejores condiciones de vida mediante modelos distintos a aquellos que implican la depredación de nuestro medio ambiente, que se puede tener empleo e ingresos sin perjudicar el entorno, especialmente a los animales de vida silvestre. El lema acordado fue: ¡Otra forma de ver el mundo!

Son ya once años de gestiones que iniciaron en el año 2008 con la definición de la idea en su concepto, su identidad y su contenido: lo mínimo que pudiera afectarse a la Naturaleza. El planteamiento inicial fue la imagen de la ciudad capital del estado de Guerrero y los efectos que ha causado en ella la vida moderna, pues sin ser una zona industrial, su principal carta de presentación lo es un río antiguamente cristalino y transparente, el Huacapa, hoy afectado por una grave contaminación que parece no tener reversa. Así se definió la apertura de un parque de Educación Ambiental, como el punto de partida de una campaña para recuperar el caudal emblemático.

La puerta a la Sierra Madre del Sur

El siguiente paso fue disponer de un espacio, el cual se ubica apenas a 16 kilómetros, en el pequeño pueblo de Amojileca, conocido por su exquisita variedad de pozoles, los mejores del estado, y sus fábricas artesanales de mezcal. El predio, donado a Chilpancingo de forma altruista por una familia del lugar, justo al lado del sitio donde nace el río Huacapa, se conoce como “Lomas del terrero”, en el kilómetro 1.5 de la carretera que lleva al parque Omiltemi, al poniente de la ciudad.

Al mismo tiempo, se presentó el proyecto ante instancias gubernamentales, en este caso las secretarías federal y estatal de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat y Semaren), las cuales aprobaron la asignación de los primeros recursos para la construcción de un venadario y la adquisición de ejemplares de venado cola blanca (Odocoileus virginianus), en particular la subespecie Acapulcencis, que es la que habita las regiones de Guerrero y Oaxaca, a fin de proteger la especie autóctona (SEMARNAT-UMA-IN-0047-GRO).

El ahora famoso Venadario de Amojileca empezó a funcionar en septiembre de 2011, y abrió sus puertas al público el 12 de Enero del año siguiente, en coincidencia con la Feria del pueblo, después de una amplia jornada de promoción para familiarizar a los vecinos con el concepto de Educación Ambiental, especialmente a los niños de las instituciones educativas. Ocho años después, el sitio tiene registrada la presencia de más de trescientas mil personas, procedentes lo mismo de localidades de Guerrero que de varias entidades del país, incluso del extranjero, lo cual puede verificarse en sus bitácoras de visitantes.

Todo por la Educación Ambiental

El proyecto busca ofrecer entretenimiento, recreación, pero con fines constructivos: las familias acuden a disfrutar de los atractivos y son guiadas por estudiantes para mostrarles cómo se reproduce un ave, cómo viven las especies, de qué forma se alimenta un venado cola blanca, cómo es un jabalí, el proceso de reproducción de una mariposa, y a asumirlo, entenderlo y expresarlo de forma creativa y artística, pues se llevan a cabo talleres lúdicos de pintura y dibujo con los niños. A los atractivos se suman, entre otras actividades, las tareas de reciclaje con los objetos menos imaginados de nuestra vida moderna, para darles utilidad para generar vida, sobre todo como macetas.

Actividades como las mencionadas tienen lugar en las distintas áreas de la granja, donde se cuenta con espacios para acampamiento, ciclismo de montaña, paseos a caballo, visitas guiadas, tirolesa, y pronto habrá cabañas en los árboles, restaurante y toda una variedad de servicios a partir de la interacción con animales domesticados y de vida silvestre. Todo con el propósito de inculcar y promover la convivencia familiar, pero siempre bajo el criterio de alentar el cuidado del medio ambiente y el uso racional de nuestros recursos naturales.

Desde su planeación, el proyecto Granja Amojileca se pensó como un espacio colectivo, esto es, como un sitio en el cual los vecinos y los visitantes se sientan parte del mismo, que exista un sentido de pertenencia y se asuma como un lugar de encuentro familiar entre quienes acuden a disfrutar de atractivos de la región, incluyendo la comida típica. Es por ello que sus instalaciones y su operación se fundan en donaciones en especie y económicas, tanto en el plano personal como de forma institucional, y así apoyar la tarea educativa y su vinculación con la solución de necesidades de la comunidad sede.

Turismo alternativo para las localidades

La intención del proyecto es poner a disposición de los habitantes de Chilpancingo, y con ello del resto del estado y del país, un servicio de recreación educativa del cual se carecía hasta ahora. Así, a la serie de atractivos con que ya cuenta Amojileca se suma la posibilidad de acceder a un espacio para la interacción con especies de vida silvestre, y así complementar una estancia por mayor tiempo de las familias visitantes en el pueblo, con lo cual se aseguran más ingresos económicos y empleos para los lugareños.

Además, la granja funciona a partir de modelos alternativos de generación de energía y tratamiento de desechos, mediante el suministro de electricidad con celdas fotovoltaicas y la operación de biodigestores para procesar desechos y su posterior utilización en riego y fertilización. De igual manera, se difunde a la comunidad y a los visitantes la forma de producir composta para la siembra y fertilización de plantas, y más actividades que alienten una convivencia sana con el entorno.

 

¡Bienvenidos! 

¡Otra forma de ver el mundo!